A propósito de Argentina estos escarabajos son bastante comunes en Tucumán, incluso se afirma que el nombre de esta región derivaría del bicho ya que en esa zona los llaman “
tucus” y de hecho tuku-tuku es el nombre
quechua para luciérnaga y si a eso le sumamos el sufijo quechua “manta” que refiere a lugar, pues Tucumán bien podría significar “el lugar de las luciérnagas”.
Hay varias
historias acerca del empleo que los hombres han hecho de estos bichos: mujeres nativas usando
Pyrophorus como collares luminiscentes u
otra que cuenta que durante la construcción del canal de Panamá un médico las uso en una operación de emergencia porque no tenía otra fuente de luz.
Esa luz -la
bioluminiscencia-, es un invento no poco común entre los animales, algunos son bioluminiscentes por su infección con bacterias que presentan esa característica mientras otros han desarrollado órganos luminosos. Entre los insectos la bioluminiscencia ocurre en colémbolos, hemípteros, coleópetros y dípteros (
Viviani 2002).
Traduciendo a
Klaus Werner Wolf:
"El termino bioluminiscencia refiere a la reacción bioquímica en la cual un compuesto orgánico luciferina es oxidado en presencia de oxígeno a través de la actividad catalítica de la enzima luciferasa. En el proceso se forman compuestos intermedios de corta vida y su descomposición es acompañada por la emisión de luz visible."
En este
informe se ilustra la reacción:
El mecanismo de la reacción fue estudiado por primera vez por el francés
Ráphael Dubois en 1888, usando justamente a los
Pyrophorus. Con el advenimiento de la biología molecular ha sido posible identificar, aislar y “exportar” el material genético que codifica la bioluminiscencia. Este material, extraído del genoma del elatérido endémico de Jamaica
Pyrophorus plagiophthalamus, ha hecho posible la utilización de la bioluminiscencia en la investigación médica, sobre todo en el campo de la oncología: se inyectan células cancerosas con el gen de la bioluminiscencia y así se puede rastrear fácilmente el desarrollo de la metástasis en el cuerpo del animal experimental. Otros usos de la bioluminiscencia incluyen la investigación genética básica, microbiología, tecnología de alimentos y monitoreo ambiental. Existe una compañía norteamericana que ha desarrollado y patentado productos usando esta tecnología extraída del genoma del bicho jamaiquino, sin embargo al parecer el gobierno de ese país caribeño no recibe beneficio alguno.
Esto ilustra como la investigación pura por más sin sentido que aparente ser puede en cualquier momento reportar utilidad práctica que al final se convierta en beneficio económico.
Para terminar hay que decir que los
Pyrophorus suelen alimentarse de polen y pequeños insectos en estado adulto, las larvas lo hacen de material vegetal en descomposición y algunas larvas de otros escarabajos. De hecho las larvas de
P. luminosus están
reportadas como predatoras de larvas del escarabajo
Strategus que es plaga en los campos de caña de Puerto Rico (o al menos lo era en los 50s). Ah, Y las posturas de los
Pyrophorus también son bioluminiscentes.
Esta última foto es mía, la tome en el
CICRA (Madre de Dios, Perú), eran como las 6 de la tarde cuando estábamos regresando de colocar nuestras trampas y en el suelo de la trocha vimos al
Pyrophorus este. He revisado las fotos de
Pyrophorus en Internet y no encuentro uno parecido, me pregunto que especie será, ahora si me diera el trabajo de ir al museo…..
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