La leyenda dice que la picadura de este bizarro bicho contiene un veneno mortal cuyo único antídoto es tener sexo dentro las 24 horas posteriores a la picadura (!).
Bueno, por lo que he podido rastrear en la web, esta pícara creencia es conocida al menos desde Costa Rica hasta aquí en Perú, pasando por Colombia de donde según mi pequeña investigación la creencia es originaria. Para más señas revisen
este link o
este otro. No sé pero quizás el nombre “machaco” deba significar “venenoso” en alguna lengua nativa, porque aquí conocemos una serpiente verde llamada “loromachaco” (
Bothriopsis bilineata).
El nombre científico de la chicharra machaco es Fulgora laternaria (Hemiptera: Fulgoridae), mide entre unos 6 y 8 cms, se alimenta de la savia de algunos árboles de la selva y aunque la gente muy convenientemente crea lo contrario es completamente inofensiva.
Si piensan que su cabeza se parece a la de un pequeño reptil pues el bicho los ha engañado, esa es sólo una protuberancia que se cree desarrolló el insecto para desanimar a sus posibles depredadores, su verdadera cabeza está un poco más atrasada. En caso la falsa reptil-cabeza falle, la chicharra machaco puede desplegar sus alas y mostrar esos asustadores “ojos” que se observan en la segunda foto. Estas características y no la leyenda es lo que más me llama la atención de este bicho.